domingo, 31 de mayo de 2009

In Memorian de nuestros Padres,Maestros de vida

Decirle hasta pronto a nuestros padres Luz y Nicolás ha sido un acto humano sublime, en el que hemos hecho reconocimiento de todo lo que ellos hicieron por sus hijos , nietos y bisnieto. Sus ausencias se sentirán en nuestras vidas, cada minuto, hora, días y años por venir. 
Jamás se irán , viven en la memoria en tiempo presente. Se hacen más reales en el quehacer de la vida diaria y traen su presencia en cada acto, cada hecho de la historia por venir . 
Nunca son pasado, son  poemas, música , valores, moral, verbo y palabra imposible de borrar. 
Hoy, se constata que la vida y la muerte son una dimensión  no solo temporal , sino de hechos humanos trascendentes, que se llevan por siempre, generación tras generación . 
La alegría del nacimiento es el otro polo de la vida mientras la partida no tiene que ser dolor , tristeza por la ausencia , es afecto, sentimientos que se traducen en las enseñanzas que nos dejaron y que queda como  información que trasciende lo temporal en cada neurona.
El medio social, espacio físico, el tiempo, las actividades son el sustrato del contenido de la vida, en ellas se desarrolla la historia cada uno , cuyo resultado es la vida misma en sus características particulares de cada ser humano.  Allí viven , entre nosotros los que se van y allí , los encontramos al evocarlos. 
Los dos amados padres nuestros se fueron en menos de un año, él tras ella, a los nueve meses de su partida . Quizá tuvo prisa por verla , acompañarla al encuentro del hijo amado que viajó de entre nosotros antes que ellos y les dejó interminable incertidumbre con su partida. 
Se fueron luego de  casi un siglo de vida provechosa para todos, y en sus años juntos nos brindaron días de amor , ternura , pan y seguridad con calidez , llena de dulzura.
Ella y él, Luz y Nicolás, vivieron con nosotros y para cada uno de nosotros , todos juntos, dando su tiempo y paciencia , con la suave voz de la madre y la firmeza silente del padre, llenando de caricias cada reclamo que hoy son las vivencias que nos dicen lo que fueron y serán por siempre para sus hijos. 
La vida nos permitió tenerlos , gozar de ellos, aprender cada lección de hechos , pasos seguros, por caminos que ellos desbrozaron con sus discursos precisos y tolerantes. 
Cuidaron nuestra formación durante 9 meses de gestación unidos con amor y fidelidad, dieron en la infancia y niñez todo su saber en canciones de cuna y arrullos nocturnos que aseguraron nuestro sueño y despertar en la salud y enfermedad, nos llevaron sus manos fuertes y cálidas,  y la adolescencia nuestra los vio presurosos, prestos a  protegernos y enseñarnos los caminos correctos por los cuales transitar sin temores, abriéndonos en la juventud las puertas del conocimiento universal para poder llegar al final de la formación profesional a servir a nuestro prójimo que era la consigna materna y paterna que ratificaron como una meta hacia los años venideros , y en la edad adulta, su sabiduria llena de ejemplos , su obra humana labrada con sascrificios y perseverancia nos señala el camino que debemos seguir con los hijos nuestros . Hermosa lección de vida humana . Sus vidas fueron nuestra escuela de lo humano. Gracias maestros de la vida nuestra. 

Gracias a los médicos y enfermeras que los atendieron en los últimos días de sus vidas

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