Una historia muy importante se libró en el norte del país, en beneficio de sus gentes. Desde Ancash, hasta Tumbes, se vieron beneficiados por el accionar de un movimiento estudiantil, en la Facultad más prestigiosa, de Medicina, la única , entonces de todo el norte . Llegó la Junta Militar de Velasco. Entre una de sus medidas determinó el ingreso libre a cualquier facultad , de todo estudiante que lograra ingresar a la Universidad. Ello trajo un gran problema para la Facultad de medicina. Terminados sus estudios generales , dos promociones, una de cerca de 400 alumnos y otra de 300 se inscribieron para estudiar medicina. Por entonces, solo lograban ingresar 80 alumnos , de los 5 mil que postulaban y tenían que dar, previamente, un total de 13 exámenes sucesivos, de todas las materias estudiadas en los colegios y más aún, con el sistema de prueba escrita y desarrollada. Es decir que no era como hoy, somo un exámen ,y con el modelo de respuestas probables.
Entonces, teníamos bajo nuestra responsabilidad el ser secretario General del Centro de Estudiantes de Medicina. La situación se sometió a referendum y ganamos los que nos considerábamos que era necesario más médicos para el pueblo, contra los académicos que no deseaban más alumnos en su facultad. Ello llevó a una división del estudiantado. Para lograr la implementación de tal decisión comenzamos una dura lucha contra Consejo Universitario, que tenía que cuatriplicar la capacidad instalada de toda la facultad, sobre todo a nivel de estudios básicos. Más aulas, más laboratorios, todo ello para unos 400 alumnos por promoción. Solo fueron 2 las que lograron este beneficio, ya que con la caída del gobierno , todo regresó a sus niveles anteriores. Lo cierto es que ello también llevó al cambio del curriculum y a establecer solo 7 años de la carrera , incluyendo el internado.
La otra victoria fue contra el llamado Servicio Civil de Graduandos. El mismo gobierno militar estableció que los alumnos de las facultades de ciencias humanas deberían de servir un año al país, en especial en las zonas rurales. Lo grave y cuestionable era que nos mandaban solo como alumnos egresados, sin títulos profesionales ni siquiera de Bachillerato. Se entabló una larga lucha contra este modelo de utilización de mano de obra barata, ya que solo nos asignaban una simple propina. Lo cierto era que trabajábamos como profesionales y no ganábamos como tales. Tampoco estábamos previamente preparados para el trabajo médico rural. La lucha fue dura. Se organizaron Convenciones de Estudiantes de Medicina en Lima , Arequipa y Trujillo, que eran las únicas facultades de medicina del país. Se organizó el Cuarto Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina del Perú, en Trujillo , que presidimos y en él se reactivó la Asociación Nacional de Estudiantes de Medicina del Perú, que me honré en presidir. Luego de larga lucha logramos que se nos reconozca la titulación para ir al campo.
Así, primero , el norte del país pudo contar con más médicos egresados de la facultad de medicina de trujillo y copar la grave carencia de ellos. Con el Secigra se cubrió la enorme demanda insatisfecha en las zonas rurales del país.
Estos hechos son parte de la historia de la medicina, tanto en el norte , como en todo el país, que nos cupo dirigir, junto con otros colegas, que hoy ocupan cargos importantes en la administración universitaria y hospitalaria. Con esa experiencia enfrentamos, hoy, como psiquiátras, la lucha por la salud mental de la sociedad peruana . Frente a la enorme barrera burocrática que impide que se desarrolle el programa de salud mental desde los municipios distritales, así como , la indiferencia del mismo ministerio de salud , nos vemos en la necesidad de crear nuestra propia Universidad de la Vida, en la que venimos formando promotores de salud mental que van tocando las puertas de las Omapeds distritales para ayudarlas a formar las asociaciones de familiares de pacientes y que se hagan cargo de cumplir el mandato de la OMS, desde el año 1990, en la llamada Carta de Caracas, de cambiar el modelo nosocomial, por el comunitario, y llevar la salud mental a toda la sociedad. Justo es reconocer estos logros que marcan la historia nacional ,por la salud de la sociedad.
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