Desde el año 1990, que se dio inicio a la aplicación de la Carta de Caracas, que estableció que la salud mental, en los países de Latinoamérica y el Caribe, es una verdadera epidemia, solo en el período del 2004 al 2005, se hizo un trabajo importante sobre salud mental.
El año pasado, 2011, fue sacado de la dirección Miraval, un médico que ganó por concurso tal puesto. Lo perdió , por incapacidad administrativa, según el Minsa. Se quedó como director un tal Mandarele, médico general, que el anterior lo trajo para el cargo de subdirector. Este personaje fue sacado por acción de la mafia del hospital , encabezada por el cuerpo médico. Ellos, desarrollaron una fuerte campaña en su contra llegando a convocar una conferencia de prensa para denunciar que el pabellón 4 estaba en grave crisis y pedían que se le reorganice y de paso saquen al director que no manejaba bien el hospital. Fue tal la campaña periodística que tuvo efecto inmediato. Sacaron a Mandarele y el cuerpo médico puso a todos sus directivos en los puestos claves. Eligieron director , y se apoderaron del hospital compartiendo cargos administrativos con el sindicato.
Lo increíble es que ninguno de los nuevos jefes , sean directores : de epidemiología, de calidad , de investigación y docencia, subdirector, ni jefes de departamentos: de consulta externa, de rehabilitación y terapias, de hospitalización, de emergencia, como de enfermería, psicología, servicio social, presentaron un plan de trabajo. No se ha dado a conocer sus programas , no se dicen de objetivos ni metas.
Lo único cierto es que han cobrado puntualmente sus plus, un adicional a sus sueldos y se han exonerado de actividades asistenciales.
La jefatura de consulta externa , tiene a su cargo salud mental. Este servicio, ha sido minimizado y solo se dedica a apoyar a determinadas instituciones , da unas charlas y en general no cumple , para nada, lo que propone la Carta de Caracas, menos lo aprobado en Panamá en el 2010.
Lo increíble, lo que les permitió tomar el poder, la denuncia sobre la situación del pabellón 4 , no se ha hecho nada. Llegaron a declarar en emergencia el referido pabellón, se comunicó que contrataron cierto grupo de personas para arreglar el local , igualmente formaron una comisión médica para evaluar el trabajo interno asistencial. Nada de lo propuesto se ha cumplido.
Hay denuncias anónimas sobre malversaciones, malos manejos, abusos, prepotencia.
Lo grave es que el hospital sigue como manicomio y nada hay sobre salud mental.
Es increíble que el centro psiquiátrico más importante del país , viva de espaldas a la grave problemática de la salud mental. Esa es la realidad actual, y nadie dice nada al respecto. Un abandono total ¿hasta cuando?
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