martes, 22 de mayo de 2012

Soy un perrito Pug, 12, Llegó la navidad en trujillo

     Es necesario señalar, que llegue a trujillo cuando tenía , apenas, dos meses y medio. Nací el 6 deoctubre del 2011. Ya dormí, la noche del 23, en ésta ciudad, que dicen, es la capital de la primavera. Los parientes me trataron de la manera más humana posible. Era el centro de atención, porque el recién venido a la familia, Nicolas, estaba en los EEUU y no pudo llegar por su edad , apenas meses como yo. Eran las 6 de la mañana y  ya en la casa estaban trabajando las tías. Una de ellas había levantado la persiana y me lllamó por mi nombre puesto en Lima, por mis hermanos, hugo.Insistía, repitiendo mi nombre. Me baje de la cama rápidamente y me encontré con la puerta cerrada. Comencé a rasgarla , pidiendo que me abran. Ella  no pudo con su genio, como dicen acá, y me dejó salir. Yo , apenas vi un espacio libre, eché a correr por el patio, entre sillas y mesas, hacia la cocina. Allí estaba el movimiento. La tía que me abrió fue la tía vicky, porque de la cocina, la tía alicia le dijo...oye victoria yo no sé , se va a orinar  en la sala y mavy se va a enojar, ella está limpiando. La tía mayor, no le hizo caso, se reía y fue tras mio. Me detuve en la cocina y vi a tres mujeres trabajando afanosamente. Una lavaba trastes, y las otras dos estaban cerca a una mesa . En ella se veía un animal desplumado, sin cabeza. La tía alicia lo cocía por detrás y la tía maruja, le echaba algo, que después supe era el relleno. La tía vicky llegó al lugar , me agarró y me cargó para que vea de cerca. Mira que lindo, es un gran acompañante, dijo la tía maruja. Si , dijo la tía vicky, pero míralo como se saborea. Yo sacaba la lengua de manera espontánea a pesar de que no tenía idea de lo que era. El también va a comer el pavo, dijo la tía zoila. Si, porque es el pavo que ha traído su papá. Oye, dice alicia, y su papá no se levanta, dile que ya salga, que va a tener que llevar el pavo a la panadería para hornearlo. Mala suerte, dice maruja, que no ha venido la mamá esperanza. Ese nombre me parecía conocido. Era la mamá de Lima que no vino con nosotros porque se fue a España. Bueno, no importa, deja que se pasee, ya nos llamará.
     La tía vicky me dejó en  el suelo, y me pasé a la sala, en la que encontré a la tía mavy limpiando. Al verla me subí al mueble, como lo hacía en Lima , y la tía mavy me dijo, eso si que no...acá los perritos no suben a los muebles, eso lo podrás hacer en tu casa, así que bájate. Llegó la tía vicky y me dijo, ven papito, ven , te van a pegar. La tía mavy se rio, no le voy a pegar, pero eso si que no lo tolero. Ya vayan poniendo sus papeles de periódico para que no vaya a orinar en el suelo. No te preocupes, el ya tiene su baño, le dijo la tía alicia.
        Luego , a medida que pasaba la mañana , uno a uno comenzó a bajar por las escaleras y llegaban al comedor a tomar su desayuno. La tía vicky se encargaba de atenderlos. Cada uno me cargaba, me acariciaba y yo les lamía la cara y las manos. LLegó la tía patricia con sus dos hijas . Una se llamaba Fafita, y la menor claudia. Mira, dijo la primera ..allí está hugo, me tomó en sus manos y me besó una y otra vez. Yo le agarraba sus cabellos entre mis garras. Mira, dijo su mamá, ella se lleva bien con hugo, porque también es china. Verdad, dijo la tía zoila, ella es china. Claudita, me tomó en sus brazos y me cargó. Me llevó al patio interior en el que estaba su mamá meciéndose . Me puso en sus faldas y me paseó. Su mamá me tomó y comenzó a machucarme. Ella era la más efusiva. Me contó que tenía su perrita llamada josefina y otro macho, llamado vaquero, que no los traía por que ella era muy grande y un poco tosca.
     Por la tarde me llevaron a la calle. Cruzamos la plazuela y caminé unas cinco cuadras. Llegué a la casa de la tía eva. Era una persona mayor, de pelo cano. Ella me cargó , me puso en su cabeza y yo le jale los pelos, le abrazaba, me besaba, y les dijo, no puede pasar porque allí está la curruncha que se pone celosa. Esta era una gata, que corría a los perros que pretendían entrar. Al oir el laberinto en la calle, salió la tía patricia que vive arriba, en el segundo piso. Al verme les dijo, esperen ya saco a la josefina para que la conozca. Abrío su fuerta y felizmente había una reja de fierro, porque apareció un enorme animal. Era josefina, que al verme comenzó a ladrar. Yo tuve mucho miedo al verla, al principio me corrí, luego me acerque , sabiendo que la puerta estaba cerrada , la miré y le ladré. Traté de jugar con ella. Ella se arrodilló para estar a mi altura y me ladró , pero en tono bajo. Nos retiramos. Yo creo que tuve pesadillas esa noche al haberla conocido. Otro día te enseño a mi loro Paco Peco. En la casa se escuchaba el grito de un loro que llamaba a su mamá, paty, paty. Me cargaron y llegamos de regreso a la casa, a descansar del día , para esperar la noche buena.  
         Eran las 6 de la tarde , llegó un grupo familiar de chimbote. Era una niña, un joven y dos mujeres mamás de ellos. La gordita , a penas me vió me cargó y se puso a cantarme canciones. Ella me subió al segundo piso que todavía no conocía. Me dejó en la escalera y me llamó. Me fui atreviendo a pisar UNO A uno los escalones. Eran más cortos que la casa de Lima. Después ella corría y yo la seguía subiendo a la carrera a la escalera tras ella. Ponía mi cola entre mis piernas y mis orejas atrás y salía corriendo , saltando, era muy divertido eso, salvo cuando estaba la tía mavy que nos mandaba al patio interior. Acá no ,decía, afuera pueden hacer lo que quieran, en la sala no se juega. La gordita me cargaba y nos ibamos fuera.
        Por la noche , la mesa se llenó de gente. Llegó el menor de Lima con gaby y una amiga, y otro amigo. Todos , eran como 25 personas. Allí supe que mami luz y el abuelo nicolás eran los padres y abuelos de todos. Casi, hacía dos años que se fueron. Ellos los recordaban con alegría. Toda la noche los mencionaron y se rieron de lo que ellos decían o hacían. Se comieron el pavo , a mi no me dieron nada.El papá me puso mi plato con mis granolas y las comí como siempre. Pero pasé momentos agradables. Sonó las doce, se abrazaron y tomaron una copa de vino. Todos eran muy amables y cariñosos conmigo. Yo les correspondía con mis besos y lamidos.

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