martes, 1 de mayo de 2012

Soy un perrito Pug, 5 mi primera noche en la casa nueva

        Habíamos llegado casi de noche, las sombras nocturnas ya nos estaban alcanzando en la cinta negra que no terminaba de acabar. Daba la impresión de que ella era la que se movía y nosotros eramos trasportados sobre ella  . Escuché que eran las 7 de la noche. En la casa estaba solo el mayor de todos. Era el padre de los dos varones. Al entrar gritaron ....sorpresa, sorpresa.....el salió del comedor donde veía televisión y se quedó mirándonos entrar. Yo en brazos de la mamá. Se sentaron y me pusieron en el centro. El más alto le dijo...papá acá está hugo. El miró donde me encontraba con alegría en su rostro, yo lo percibí así. Es el que tu querías , no?, le dijo el otro hijo. El le respondió...si es el mismo de la película. Es decir que estaba allí porque el quería que le traigan un perro parecido al de una película que había visto. Bueno, era su antojo, un capricho de hombre mayor. Se llama hugo por si acaso...dijo nico. Si , dijeron todos. No había discusión, ya me pusieron nombre. En la otra casa me dijeron que mi  nombre era Aaron, pero nunca me llamaban por ese nombre. La verdad es que vivía con una señora sola y mi madre había parido 5 perritos. Ella no podía distinguirnos por nombres . El aceptó el nombre y me levantó del suelo. Yo lo comencé a lamer , por la cara, le agarré las orejas y los pelos . Se veían contento de tenerme. Me llevó a su sillón y me puso en sus piernas . Yo salté y comencé a ir de uno en uno jugando con sus zapatos, jalándoles sus pasadores y mordiendo la basta de sus pantalones. Ellos reían y me cargaban. No pasó mucho tiempo y los cuatro se despidieron porque tenían reunión con sus amigos. El papá me llevó a su silla del comedor y vimos un poco de televisión . Era sábado y veían programas vivos sobre cómicos y cantantes. La noche avanzó. Estábamos solo los tres. Ella dijo que ya se iba a dormir. Eran casi las 9 de la noche. Nos quedamos hasta las 10 . El veía y yo jugaba con sus manos y su ropa. Me llevó al cuarto y me puso en la cama. Me acomodé cerca de la almohada. Estaba abrigado. El se echó a mi lado . Al poco rato comenzó a roncar y me despertó. Me levanté y me fuí al borde de la cama , en los pies. La puerta estaba abierta y entraba una agradable corriente de aire que me ayudaba a respirar. Era verano y el calor era intenso. Me quedé dormido, salvo que de rato en rato me despertaba porque el hombre se movía , cambiaba de posición y tenía miedo que me de una patada y me tire al suelo. Se le veía pesado , lo peor sería que me aplaste con toda su humanidad. No puedo negar que yo también ronqué. Dicen que soñaba porque me escucharon llorar por momentos. Han comentado que mis ojos se blanqueaban , prueba de que soñaba algo . Puede ser cierto, no recuerdo , dicen que los perros no tenemos memoria , pero algo de mi casa debió pasar por mi cerebro, por lo demás , habían sucedido muchas cosas en ese día que estaba cambiando toda mi vida futura , a penas a los 2 meses de haber venido al mundo. En la otra cama la mamá dormía plácidamente, pero igual  roncaba fuerte, pero pensé que me convenía más ese lugar porque estaba cerca a una ventana y se sentía un fresco viento que movía la persiana. Era lo que yo necesitaba para poder respirar tranquilo . Ya vería como podía llegar allí , en los próximos días.   

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