Un domingo, se organizó una exposición de perros en el parque del faro, en miraflores. Llegamos temprano, había mucho sol , buscamos una sombra para cobijarnos. Los ambientes , en los que se exponían objetos propios para perros ya estaban instalados , siendo las 9 de la mañana. En el centro del jardín había un gran toldo . Allí se harían algunos actividades. En una de ellas me gané un premio , que daban a todos los que nos inscribíamos en el registro de perros del distrito. Me entregaron un paquete de bolsas de plástico para recoger las heces que vamos dejando por las calles y jardines. Cuando caminábamos visitando los puestos me encontré en uno de ellos con un perrito igual a mi. Me quedé sorprendido. Todo era igual a mi, salvo mi tamaño. Entonces tenía ya 4 meses. Nos acercamos a verla y ella rauda se escondió bajo la mesa del ambiente en el que se expendían unos juguetes para nosotros. Allí había una caja de cartón que le sirvió de refugio ante la mirada insistente de mi parte. Una linda niña se acercó a ella y salió un momento, luego volvió a su escondite . Era todavía muy tierna y poco sociable. Posiblemente no cumplía sus vacunas y le había pedido que no se exponga mucho a los visitantes . Caminando vimos un lugar en el que se anotaban los perros del distrito y formamos cola para hacerlo. En ese instante vi que se acercaba a nosotros , con la misma intensión un perrito igual a mio de color negro completo, En él no se veía la máscara que nos distingue de otros perritos, pero su aspecto era hermoso. Su dueña preguntó por la cola y se puso tras nuestro. Yo lo veía curioso, igual como mis dueños. Ese domingo regresé sabiendo que habían otros como yo en casas de mi nuevo distrito.
Otro domingo caminábamos por el malecón y bajamos hacia el parque que lleva el nombre de un personaje Israelí. Me caía el sol fuerte y la brisa marina era agradable en ese espacio. Mi dueño me jala mientras yo iba por el grass oliendo los rastros de otros perros y me dice, mira esa niña viene a verte. Efectivamente una niña corrió hacia mi. Mira papá un Pug...gritaba ella....mira papá...igual a la mía. Volteo la cabeza y veo venir a una perrita hacia mi. Me puse muy alegre al verla. Ella se mostraba muy seria. La niña nos dijo que tenía un año y medio de edad. Era más pequeña que yo. Quería echarme a correr con ella por el parque, pero mi dueño me tenía agarrado por la corrrea del arnes y no me dejaba hacerlo. Una señora que pasó por allí con su perro , más grande que yo , le dijo a mi dueño...porque no lo deja correr....el le respondió....es apenas un cachorro, y se va lejos, le gusta la gente , con cualquiera se queda a jugar. Yo mientras tanto la acariciaba, le lamía las manos que me ponía en la cara ....que juguetón es...cierto....todavía es solo un bebito , dijo. Mientras tanto la niña se llevó a su perrita Pug que me pareció muy linda.
Las salidas en la noche comenzaron un día que me sentía muy juguetón en la casa. Corría por todas partes y decidieron que saliera un rato a quemar energías. Me pusieron el arnes. YO sabía cuando me iban a sacar, porque veía a mi dueño que se cambiaba e iba al ambiente donde dejaba mis cosas. Yo lo segía y viendo el arnes , no se porque me ponía a gemir. Me lo pusieron y bajamos. Cruzamos la calle y avanzamos una cuadra. Para no ir defrente hacia la avenida , nos desviamos a la izquierda y seguimos hacia Pardo. Solo habíamos avanzado media cuadra y sentí que mi dueño me jalaba , miré delante , porque suelo ir mirando el piso , pegado a las paredes, oliendo cada rincón y de rato en rato acercándole a un árbol o poste para levantar la pata y dejar mi pila. Vi una señora que se acercaba haciendo lo mismo que mi dueño. Traía a un perrito, más pequeño que yo, pero se le escuchaba ladrar. Me paré de golpe, era algo raro, nunca lo había escuchado. Ya tenía 4 meses y recién a los 5 comencé a ladrar y lo hacía en la casa, nunca en la calle. Nos encontramos. Ambos se pararon. La señora le preguntó cuantos meses tenía, le dijo mi edad. Ella dijo que el tenía solo 2 meses. Mi dueño se me adelantó y le preguntó...porque ladra tanto......Ella le dijo....es un atrevido.. siempre ladra a otros perros, no importa su tamaño. Cuando está en el parque se pasa ladrando a todos . El perrito se movía de un lado a otro de mi, me rodeaba, pero no dejaba de ladrar. La señora le dijo a mi dueño que conocía a otro que vivía por la huaca. Nosotros nos mirábamos y yo era el más extrañado de ver a ese pequeñito tan rabioso. Yo pensé que era el más inquieto, pero este si que tenía su genio. Seguimos caminando, dimos la vuelta y no dejé de pensar en el niño que pasó por mi lado.
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