Un blog sobre la importancia de que la sociedad asuma y defienda la Salud Mental como un derecho.
sábado, 21 de julio de 2012
Soy un Perrito Pug .28. Llegaron mis primitos de EEUU
A las 8 de la noche hicieron su arribo al aeropuerto de Lima mis primitos. Claro ellos no son como yo, son humanos reales, pero yo no entiendo de eso y creo que soy también humano. En la casa estuvieron a las 10 de la noche, después de los ajetreos de la aduana. La mamá es apenas una hermosa mujer que , al verla, no le ponen más de 20 años de edad. Con un hijo en brazos y el otro de la mano , acompañados de su abuela zoila y su tio Luis Fernándo. A éste último lo quiero mucho, el fue el que llevó a trujillo en su veloz carro negro. Me quedé impresionado al ver al menor de todos , de apenas un año, acuérdense que yo tengo 9 meses. Se bajó de los brazos de su madre, al verme , y quiso acercarse a mi para tocarme. Yo también me aproxime con un hueso , de esos falsos que me compran en el mercado, queriendo caerle bien haciéndolo que juegue conmigo. La mamá lo tomó de una mano y le pidió que me agarre el lomo. El lo hizo y yo sentí con mucha alegría su caricia , moviendo la cola, y ronroneando con mi sonido gutural conocido que muestra mi alegría que siento en esos instantes. Como siempre me pare en la pierna de la mamá tratando de acercarme a mi pequeño primo. Me di cuenta que se puso muy nervioso y comenzó a llorar, lo que que su progenitora lo tuvo que cargar y yo me dejé caer. Parado era más grande que él. Una cosa cierta es que a mí me intimidan los que son más altos que yo. El ahora me veía desde lo alto , en brazos de su madre que lo cargaba tratando de consolarlo de su aparente miedo a mis caricias. Volví la cabeza y vi a su hermano mayor en el sillón y me trepé a este , me puse inmediatamente en sus espaldas, le coloqué mis dos patas y le llegue a tocar su cabeza. Lleva una peluca de moda muy corta por los costados y un mechón en el centro. Mis garras lo hicieron sentir cierto escozor , y al no entender lo que pasaba, verme en su espalda , con todo mi peso de 8 kilos y algo más, se asustó, se vio atacado, algo sorprendido y comenzó a llamar a su mamá. Su abuela miraba de lejos preocupada, porque sabe que el niño es sensible a estos cariños toscos y poco comunes. Ellos tienen un perro grande pero no suelen jugar con él. Me bajé y no sabía que hacer. Mis dos primos lloraban al verme, no me tenían confianza y la mamá le decía que no pasa nada , pero el no confiaba, me veía temeroso de lo que podía hacerle. Le hice una demostración de mis habilidades corriendo de un mueble a otro, subiéndome a los respaldares, como siempre lo hago. Mira como salta, mira como se sube a Con los muebles, le decía su madre también sorprendida de mi falta de consideración y gran audacia , cosa que jamás lo haría en trujillo. La mamá de ellos se reía diciéndoles, eso no lo hace con la tía mavy. El mayor se echó a reír recordando a la tía mavy que era muy estricta en la limpieza y el orden de su casa. Eso lo distrajo un poco. Era tanto el alboroto que yo causaba que mi hermano mayor me levantó en vilo y me llevó a encerrarme en el dormitorio. Ello les dio un poco de tranquilidad a los niños y mientras tanto yo rascaba la puerta pidiendo que me dejen salir. Mi papá se compadeció de mí, pero me pidió que ya durmiéramos. Eran las 12 o más de la madrugada , el tenía que trabajar al día siguiente o unas horas luego y suele dormir a las 10 de la noche todos los días. Yo acepté, pero no ´podía dormir porque ellos estaban afuera. En poco raro se apagó todo y me quedé soñando. Al día siguiente, me levanté con el papá. Me fuí al cuarto de ellos a verlos, pero estaban durmiendo y el papá me sacó de allí. Por la tarde se fueron al departamento del primo Fernando, y luego al día siguiente partieron a trujillo. Fue una visita fugaz a la casa. Me quedé con las ganas de conocerlos más, quería enseñarles todos mis juguetes, llevarlos al parque grande para que me vean correr, y corretear con ellos por ese pasto verde, que sientan la briza marina, que conozcan a algunos de mis amigos perritos, y tantas cosas quería hacer con ellos. Nunca había estado tan cerca de niños de esa edad, menos de uno de casi mi edad y poco más pequeño que yo, pero que no era perrito, menos Pug , como yo. confieso que al principio pensé que era un juguete que me habían traído mis papás.
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