jueves, 1 de noviembre de 2012

Soy un perrito Pug . 37. Mis paseos por la Huaca Pucclliana

        Luego de mi cumpleaños, seguí mi rutina de paseos . Los domingos , vamos al parque del Faro . Me encanta ese lugar porque es grande . Como siempre me pongo intranquilo al ver el verde de los jardines y pido que me saquen inmediatamente. Tengo la costumbre de ir a los árboles a oler quien pasó por allí. También a las patas de las bancas. Eso molesta a mis padres, pero es casi un ritual para ubicarme y recordar si por allí pasé también yo. Unos domingos me encontré con mi amigo estrauss. Su dueña me quiere mucho, pero el se aleja cuando me ve venir y no quiere jugar. Luego caminamos hacia el sur , siempre por los jardines. Voy jugando con los amigos que me encuentro y que van en sentido contrario. Vi un perrito calato, dicen que es Peruano, que llevaba una pelota en su boca . Me acerqué y el salió corriendo . Parece que no quiere prestar su pelota. Yo salgo tras él, pero me gana, es más grande y tiene patas largas, de manera que un trancazo suyo me deja lejos. Como soy porfiado, no me importa , lo sigo. Dicen que el corría junto a los famosos Chasquis, unos guerreros del tiempo de los Incas que unían el Imperio llevando mensajes y trayéndole pescado al Inca en el Cusco. Difícil que lo pudiera alcanzar. No se si mis antepasados corrieron por la Muralla China. Lo que se es que la Reyna Adolescente , Maria Antonieta, llevaba uno en sus faldas. Bueno, lo sigo círculos y el es incansable . De rato en rato voltea a verme , me deja lejos. Yo me canso, saco la lengua para poder respirar y siento mi corazón que va como un potro desbocado. Voy hacia mi mamá , ella ya sabe que hacer, me pone agua y me pide que descanse.
      Otro día salimos al parque Borgoño que está cerca de la casa. Es un lugar pequeño. El papá llega pasado el medio día y me saca. Caminamos por la vereda dando vueltas por todo el contorno. No faltan amigos que llegan y juego con ellos. La verdad es que no me sueltan como en el parque del Faro por temor a que me vaya a la pista. Un día me encontré con un Mastín Napolitano. Eso fue lo que le dijo su dueño que era su raza a mi papá. El le dijo que yo era un Carlino. Lo vi , era un perro casi el doble que yo, de color plomo oscuro. Me llamó la atención que estuviera tirado en el grass. Escuché al dueño decir que era un  cachorro de 3 meses. Me quedé avergonzado, yo ya había cumplido un año y él era más grande. Le vi sus patas y eran tremendas, al igual que su boca, por la que le chorreaba saliva y lucía enormes dientes, recién saliendo. Me acerqué y lo llamé para jugar. El me miró y cerró los ojos. El dueño le dijo que se pare, pero el no le hizo caso. Yo le ladré, y el se incorporó, pero lo hizo con dificultad, caminó un poco tras mio y yo aumenté el paso , llegando a correr. Pensaba que si me pisaba iba a ser muy doloroso. El dio unos pocos pasos y volvió a tirarse al suelo a dormir. Así pasó el rato. Era un bebe, y no podía correr mucho todavía. Espero no encontrarme con él al año de edad.
      En la semana final de octubre, mi papá me comenzó a llevar por otro rumbo. Salíamos de la casa, y torcíamos hacia la derecha. Cruzamos la avenida Angamos y seguimos directo  hacia un lugar donde había una pequeña plazuela y muchos carros grandes. Cruzamos la calle y comenzamos a caminar por una vereda larga, que tenía en su costado una especie de pared hecho de pilares de cemento. Tras ella se veía unas paredes en ruinas. Escuché que alguien decía que era la Huaca Pucclliana. Le dimos la vuelta . Era largo el camino. A mitad de él me dio sed y tomé agua que lleva mi papá por que sabe que yo me canso . Mucha gente extranjera ingresa y camina por dentro tomando fotos y subiendo a lo alto . Por el lado posterior vi un corral con unos animales que escuché eran los llamados auquénidos, yo apostaba que eran perros enormes. Desde esa fecha vamos todos los días , por la tarde a dar una vuelta por ese lugar que me agrada porque hay muchos árboles, y gente que entra y sale en grandes carros de diversos colores. Parece que es un lugar importante, pero muy diferente a los edificios, como el mio, en el que está el departamento donde vivo. Lo que me pone un poco nervioso es el cruzar la avenida Angamos, porque pasan muchos carros a gran velocidad. Por donde cruzamos no hay semáforos ni policía que los detenga . Llego muy cansado a la casa. Se me hace duro subir los tres pisos. Miro a mi papá y le digo ,porque no me cargas. El no me escucha . Entro con la lengua afuera .

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